Ambos tipos Kanner/Asperger y Epiléptico/Regresivo tienen anormalidades en el cerebelo (Barman 1991, Barman y Kemper 1994). Las anormalidades cerebelares pueden explicar los problemas de sensibilidad del sonido y el tacto observados en la mayoría de las formas de autismo. La investigación con ratas indica que el vermis del cerebelo modula la receptividad sensorial (Crispido y Bullock 1984). La estimulación del cerebelo con un electrodo hará a un felino hipersensitivo a ambos sonido y tacto. (Chambers 1947). El cerebelo puede actuar como un control de volumen para el oído, la visión y el tacto. Chourchesne et al. (1988) descubrieron que mucha gente autista Kanner/Asperger de alto funcionamiento puede tener también un cerebelo más pequeño que lo normal. Las ecografías de MRI de mi propio cerebro indicaron que mi cerebelo es un 20 por ciento más pequeño que lo normal; y un autista genio en computación con autismo tipo Kanner ultra clásico tiene un cerebelo que es 30 por ciento más pequeño que lo normal.
Como se discutiera previamente, la gente
autista de Tipo Epiléptico/Regresivo más severamente dañada, tiene problemas de
procesamiento sensorial muy importantes. La mayoría del Tipo Kanner/Asperger no
experimenta confusión sensorial, y pueden prestar atención a estímulos visuales
y auditivos simultáneos. En muchos casos severos, tal como Williams (1993) y
Cesaron y Garber (1991), las sensaciones percibidas al mismo tiempo por ojos y
oídos pueden mezclarse. Los individuos con autismo procesan la información muy
lentamente, y debe dárseles tiempo para responder. Los adultos no verbales
procesan el ingreso de sensaciones más lentamente que los adultos verbales.
Algunos individuos con problemas de procesamiento sensorial muy severos pueden
tardar varias horas en recuperarse luego de la sobrecarga de estímulos
sensoriales. Gillingham (1995) contiene una excelente revisión de los problemas
sensoriales autistas. Los padres a menudo preguntan, “¿cómo puedo yo saber
cúanto de severos son los problemas sensoriales de mi niño?” Los chicos y
adultos que tienen rabietas toda vez que van a un supermercado o centro
comercial usualmente tienen severos problemas de procesamiento sensorial. Los
chicos y adultos que disfrutan de hacer compras en grandes negocios
generalmente tienen menos problemas severos sensoriales. El grado de problemas
de procesamiento sensorial variará enormemente de caso en caso. Puede variar
desde la sensibilidad a un suave sonido a la mezcla y confusión sensorial.
Lewis (1993) describe a su hijo, quien puede estar a mitad de camino entre el
Tipo Kanner y el Epiléptico/Regresivo. Él no tiene el pensamiento rígido de un
Tipo Kanner típico y él entiende el sentido de las conversaciones. Sin embargo,
él tiene signos de serios problemas de procesamiento sensorial porque tiene
comportamientos de auto-estimulación en todas las modalidades sensoriales.
Posiblemente, esto pueda ser debido a anormalidades en las raíces del cerebro
en adición a las anormalidades del cerebelo. Hashimoto et al. (1992)
descubrieron que la gente autista de bajo funcionamiento con bajos niveles de
IQ tenía menores raíces cerebrales. McClelland et al. (1992) también
descubrieron que era más probable que los individuos de bajo funcionamiento
tuvieran resultados anormales en una prueba de tiempo de conducción central, el
cual consiste en una medición de la función de la raíz cerebral.
McClelland et al. (1992) creen que la
gente autista tiene un defecto de mielinización. Esto se relacionaría con la
frecuencia de ocurrencia de epilepsia y los potenciales de anormalidades en las
raíces cerebrales en los niños autistas mayores. La mielina forma una gruesa
funda alrededor de las neuronas. Es como el aislamiento de los cables de
electricidad. La falta de mielinización puede también relacionarse con la
mezcla de estímulos sensoriales en los ojos, oídos y mente en blanco que
ocurren cuando una persona autista está excitada. La “contigüidad” y confusión
pueden producirse debido a ataques epilépticos en miniatura que ocurren entre
las neuronas pobremente mielinizadas. Jim, una de las personas autistas que
Cesaron y Garber (1991) entrevistaron, teorizan que ciertos sonidos espantosos
pueden actuar como un disparador de desorganización de procesos, similar a un
ataque de epilepsia provocado por una luz destellante.
Texto
original:
My Experiences with Visual
Thinking Sensory Problems and
Communication Difficulties, by Temple Grandin, Ph.D.
Assistant Professor,
Traducido por: Dra.
Ana María Liberali.
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