domingo, 9 de junio de 2013

Jornada para Padres y Familiares de Personas con Trastornos del Espectro Autista

 
 

Sensibilidad Sonora y Visual

 Por Temple Grandin


Mi oído es como tener un amplificador de sonido puesto al máximo de volumen. Mis oídos son como un micrófono que recibe y amplifica el sonido. Yo tengo dos opciones: 1) Abrir mis oídos e inundarme de sonido; ó 2) Cerrar mis oídos.
Mi madre me decía que a veces yo actuaba como si fuera sordo, pero los tests de audición indicaban que mi oído era normal. Yo no puedo modular el ingreso de la estimulación auditiva. Descubrí que podía evitar dolorosos sonidos empleando conductas autísticas estereotipadas. A veces yo perdía el tono. Por ejemplo, yo estaba escuchando una canción favorita en la radio del auto y luego, más tarde, me daba cuenta de que había perdido tonos y por ende, la mitad de la canción. En el colegio yo tenía que tomar notas constantemente para prevenir perder sonidos.
Yo estaba imposibilitado de conversar por teléfono en una ruidosa oficina o en un aeropuerto. Otra gente puede usar los teléfonos en un ruidoso aeropuerto, pero yo no puedo. Si trato de ocultar el ruido de fondo, también tapo la voz del teléfono. Los autistas con problemas más severos de procesamiento auditivo están imposibilitados de escuchar una conversación en un lobby de un hotel relativamente tranquilo.
Las personas con autismo deben ser protegidas de los ruidos que dañan sus oídos. Los ruidos fuertes repentinos hieren sus oídos como el torno de un dentista tocando un nervio. Un agraciado hombre autista de Portugal escribió: “Se me ponía la piel de gallina cuando un animal hacía ruidos”. Un chico autista cubrirá sus oídos porque ciertamente los sonidos los lastiman, aunque parezca una reacción alarmante excesiva. Un sonido repentino (igualmente si es débil), a menudo me produce palpitaciones.
Aún me disgustan los lugares con muchos ruidos diferentes, como un shopping o un estadio. El ruido continuo en alto tono, como el extractor de aire de un baño o un secador de pelo, me producen molestias. Yo puedo tapar mis oídos y evitar la mayoría de los ruidos, pero no así ciertas frecuencias. Es imposible para un chico autista concentrarse en un salón de clase si está bombardeado por ruidos que atraviesan su cerebro como una locomotora a gran velocidad. Los tonos altos y los ruidos agudos son los peores. Un ruido bajo sordo y prolongado no me afecta, pero un petardo explotando afecta mis oídos. Cuando era chico, mi institutriz usaba un chasquido para castigarme. De repente, un fuerte ruido era una tortura.
El miedo a un ruido que lastime los oídos es, a menudo, la causa de muchas malas conductas y berrinches. Algunos chicos autistas intentarán romper el teléfono porque temen que suene. Muchas malas conductas son producidas debido a la anticipación de estar sujeto a un ruido doloroso. Las malas conductas pueden producirse horas antes de un ruido. Los ruidos comunes que causan disconfort en muchos autistas son: campanas de escuela, alarmas, el zumbido de la tabla de rendimiento en un gimnasio, el chillido de un micrófono y las sillas arañando el piso. Cuando yo era chico, yo le tenía miedo al “ferry boat” que tomábamos para ir a nuestra casa de vacaciones. Cuando la bocina del barco sonaba, yo me tiraba al piso y gritaba. Los chicos y adultos autistas tememos a los perros y los bebés. Ellos son impredecibles, y pueden hacer un ruido hiriente sin aviso.
Los chicos y los adultos con problemas de sensibilidad extrema al sonido pueden ser atraídos por estímulos sonoros y visuales que más severamente los chicos perjudicados tienden a evitar. A mí me gustaba el sonido del fluir del agua y disfrutaba vertiendo agua una y otra vez entre latas de jugo de naranja; por el contrario, otro chico puede evitar el sonido del agua fluyendo. A mí me gustaba la estimulación visual del control automático de las puertas corredizas, mientras que por el contrario, otro chico podría correr y gritar cuando ve una puerta automática. El fuerte ruido de una aspiradora puede causar temor en un chico autista y puede ser una placentera fijación para otro chico. Cuando yo miraba las puertas moviéndose, yo sentía el mismo sentimiento de placer que usualmente ocurría cuando me balanceaba o tenía otra conducta estereotipada autista. Algunos individuos autistas pueden ver el fluctuar de las luces fluorescentes. Coleman et al demostraron que las luces fluorescentes incrementan conductas repetitivas en algunos chicos autistas.


Texto original tomado de www.autism.org
My Experiences with Visual Thinking Sensory Problems and Communication Difficulties, by Temple Grandin, Ph.D.
Assistant Professor, Colorado State University. Fort Collins, Colorado 80523, USA (Updated June 2000)
Traducido por: Lic. Ana María Liberali.