domingo, 25 de junio de 2017

Terapia Sensorial


Los terapistas han ayudado a muchos chicos autistas a partir de estimulaciones táctiles y receptivas vestibulares aplicadas de manera gentil (Ayres 1979; King, 1989). Un efecto de esta estimulación es desensibilizar el sistema táctil. Esto no es una cura, pero ha incrementado el habla, el afecto y el contacto ocular en algunos chicos. También ayuda a disminuir los comportamientos estereotipados y autoagresivos. Las actividades sensoriales son hechas apaciblemente, suavemente, como bromas y juegos, y nunca son forzados. Fuertes abrazos y algunas formas de intrusión pueden ser usados, pero un buen terapista sabe cuánto puede forzar antes de que la estimulación se convierta en tan abrumadora que el chico comience a llorar. Igualmente, algunas actividades forzadas son mantenidas como chiste. Durante las actividades, el terapista también trabajará mejorando el habla y estableciendo contacto visual. Ray et al. (1988) descubrieron que un chico mudo a menudo permanecía haciendo sonidos del habla mientras estaba meciéndose en un columpio. El balanceo estimula el sistema vestibular y al defectuoso cerebelo. Hilar en una silla dos veces por semana ayuda a reducir la hiperactividad (Bhatara et al. 1981), y la vibración reducirá los comportamientos estereotipados (Murphy 1982). Los investigadores también han mostrado que los ejercicios aeróbicos fuertes reducen las conductas inadaptadas y estereotipadas (Elliot et al. 1994).
La hipersensibilidad al tacto puede ser desensibilizada a partir de una firme pero amable caricia con la mano y el roce con ropas de diferentes texturas (Ayres 1979). La presión puede ser lo suficientemente firme para estimular la carga interna de los receptores. El tacto muy débil debería ser evitado porque incrementa el despertar y excita el sistema nervioso. La estimulación vestibular y sensorial también tienen una influencia benéfica en la mejora del afecto y el comportamiento social.
La estimulación con presión intensa también genera calma (Ayres 1979; King 1989). Los terapeutas a menudo van aumentando los niveles de dificultad. Muchos chicos autistas buscarán presión intensa. Muchos padres me han dicho que sus chicos se meten debajo de los almohadones o colchones de los sofás. Una lenta y constante aplicación de presión tenía un efecto de calma sobre mi; y un repentino movimiento espasmódico tendía a despertarlo (Grandin 1992 b). Los comportamientos estimulantes propios pueden ser reducidos a partir de que un chico autista use prendas de vestir que le den presión (Mc Clure et al 1991; Zisserman 1992).
Pueden obtenerse, a menudo, buenos resultados con menos de una hora de tratamiento sensorial por día. No es necesario perder horas y horas cada día. Si el método del tratamiento está siendo efectivo con un chico en particular, traerá progresos con una razonable cantidad de esfuerzo. La efectividad del tratamiento sensorial variará de chico a chico.

Texto original:          
My Experiences with Visual Thinking Sensory Problems and Communication Difficulties, by Temple Grandin, Ph.D.
Assistant Professor, Colorado State University.
Fort Collins, Colorado 80523, USA (Updated June 2000)

Traducido por: Dra. Ana María Liberali.